De la misma forma que la protección en nuestro hogar y en nuestro vehículo es importante, también se torna fundamental en los negocios que regentamos. No solo se trata de dotar de mayor seguridad cada superficie acristalada y de aumentar el confort de todos los clientes que nos visiten, sino también de evitar la decoloración y consiguiente deterioro de los artículos expuestos. Sin una solución efectiva, las pérdidas pueden ser significativas.
Al contrario que en los coches, donde se suele optar por láminas oscuras, es recomendable instalar en los comercios láminas solares pero, en esta ocasión, con un tintado muy ligero y apenas perceptible. La visión de la mercancía a disposición del público es muy clave y no puede verse alterada.
Instalación en escaparates
Como en cualquier tipo de superficie acristalada, es fundamental que la lámina se coloque en el interior del comercio. Su sencilla y rápida instalación permite continuar con el trabajo de forma natural sin apenas alterar la rutina diaria. Tan solo debemos asegurarnos de tener el cristal limpio, aspecto que suele correr a cargo de los expertos en estos adhesivos.
Mientras que la luz puede ser una ventaja competitiva de cualquier negocio, ya que incrementa su visibilidad, no así lo es para los productos, que sufren un deterioro progresivo. Con esta solución adhesiva se puede llegar a retrasar la pérdida del color hasta en nueve veces.
Consideraciones
Tres son los «agentes problemáticos» en el caso que se está tratando: la radiación ultravioleta, la luz solar y el calor. En el primer caso, puede producir hasta un 40% de envejecimiento en productos; la segunda, del 25%; y la última, del otro 25%. ¿Y qué respecto al 10% restante? Humedad, polvo…
Ventajas de las láminas solares en negocios
- Reduce la incidencia solar, aun dejando pasar hasta el 70% de la luz exterior.
- Impide la subida de la temperatura en el interior, filtrando hasta un 55% del calor.
- Disminuye el gasto en aire acondicionado y, como consecuencia, el gasto energético.
- Bloquea hasta el 99% de los rayos ultravioletas, lo que evita el deterioro de la mercancía.
- Protección anti-rotura del cristal, que queda adherido a la lámina.
- Elimina los molestos reflejos.
- Fácil mantenimiento y limpieza. Con una solución de agua jabonosa bastará —no proceder antes de cumplir los 30 días de su coloración—.
Existen varios modelos, por lo que no dudes en consultarnos.