Un pavimento en mal estado, el impacto de una piedra de material de construcción del camión que nos precede… Ya hemos hablado de los factores externos e internos que pueden dañar nuestro parabrisas y la importancia de revisar esta parte de nuestro vehículo con regularidad.
El impacto frontal, por diminuto que sea, puede desencadenar en el denominado «chinazo», una pequeña rotura del cristal. Sin embargo, las vibraciones que se producen durante la conducción pueden desencadenar en una grieta nada conveniente. Hablamos de una parte estructural, además de cumplir una función aislante y visual, fundamental del propio automóvil.
En caso de rotura, actúa con celeridad
Uno de los primeros pasos que debes dar, como no podía ser de otro modo, es dar parte a tu seguro. Eso sí, debes asegurarte de que este tipo de problemas se encuentran entre las coberturas de tu póliza. En caso afirmativo, el taller de confianza te podrá sustituir la luna o, incluso, repararla mediante la extracción de aire y humedad de la grieta, con el consiguiente inyectado de resina transparente y adhesiva. ¡Cómo nuevo!
Actúa de forma rápida, especialmente en casos en los que el daño se encuentre a menos de diez centímetros de alguno de los bordes.
El tipo de vidrio determina la rotura
Pero, ¿conoces realmente el tipo de vidrio que tu bien posee? La reparación dependerá en gran medida de este factor. Así, diferenciamos entre:
- Vidrio laminado: dos láminas de vidrio se unen mediante una hoja central de PVB —plástico trasparente de polivinilo—. Si se produce un daño, esta mantendrá el cristal en su posición, evitando la fragmentación y proyección de fragmentos. Son los que se utilizan en la actualidad.
- Vidrio templado: con un espesor de unos 5 milímetros aproximadamente, es tan resistente como rígido gracias a su proceso de producción. Sin embargo, son estas particularidades las que lo convierten en un parabrisas peligroso, ya que un impacto puede despedir todos los fragmentos. Han quedado relegados a lunas laterales.
Remedio temporal: pintauñas
Sin embargo, no todos los seguros se hacen cargo de estos gastos. Si es tu caso y la rotura no reviste de una revisión de urgencia, un remedio que puedes utilizar es aplicar esmalte de uñas transparente en ambos lados de la luna sobre la zona dañada. Puede resultar útil si esto nos ocurre durante un viaje, pero ojo con la visibilidad y los riesgos que esto entraña. Echa mano de este remedio solo en casos puntuales.