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El sol incide día tras día de forma contundente sobre nosotros, en ocasiones dificultándonos la realización de actividades cotidianas. Según la región, este efecto puede ser más o menos frecuente, pero la mayor parte de las ocasiones, molesto. En un esfuerzo de poner remedio, recurrimos a las láminas solares.  Aunque no lo parezca, estamos rodeados de estas: comercios, oficinas de trabajo, edificios, vehículos, hogares… Pese a ello, ¿cuál es su utilidad? ¿Qué beneficios reportan?

Qué son las láminas solares

Las láminas solares son películas autoadhesivas muy finas y transparentes que se colocan sobre superficies acristaladas. La principal ventaja de este producto es que permite modificar una determinada característica de la misma sin necesidad de hacer un cambio y/o una obra en la propia estructura.

De polietilenglicol tereftalato, cuyos substratos de poliéster se conforman a partir de hidrógeno, oxígeno y carbono, pueden estar conformadas por una o varias capas de este material —¡algunas alcanzan las más de 200—. A su vez, su recubrimiento varía, con pulverización de metales como el acero inoxidable, el aluminio, la plata, el cobre, el titanio… que ofrecen diferentes rendimientos. Además, por supuesto, cuentan con una capa adhesiva con protector a retirar en el momento de su colocación.

Cuál es la utilidad de las láminas solares

Pese a que su uso más frecuente se enfoca a proteger un espacio determinado frente a los rayos ultravioletas, entre otros, lo cierto es que estas tienen muchas más utilidades:

  • Rechazar la energía solar.
  • Proteger contra la rotura de cristales.
  • Impedir los actos vandálicos, como los grafitis.
  • Mayor seguridad ante intento de robo y/o asalto.
  • Mayor intimidad gracias al efecto espejo.

Beneficios del uso de las láminas solares

  • Puede llegar a absorber y reflejar en torno al 80% del calor, siempre dejando pasar la luz.
  • Aumento del ahorro energético hasta en un 50% gracias a la reducción del uso del aire acondicionado en verano.
  • En invierno, evita el escape del calor.
  • Menor impacto medioambiental con motivo del cumplimiento del punto anterior.
  • Se consiguen acristalamientos con características más sofisticadas a un precio bajo.
  • Fácil instalación.
  • Evitan la diferencia de temperaturas entre diferentes estancias del mismo espacio.
  • Evita que, ante cualquier incidencia, los cristales se fragmenten.
  • Rechazan las radiaciones ultravioletas, lo que proteger el mobiliario.
  • Elimina en un 90% el reflejo de la luz, facilitando un mayor confort visual.
  • Vida útil de hasta veinticinco años.
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