Cuando hace calor, el aire acondicionado suele convertirse en el mejor aliado. Sin embargo, no es un sistema recomendable, ya que reseca las vías respiratorias y es un foco de bacterias y virus, provocando a su vez tos seca, alergias, picor de ojos… Por el contrario, en los meses más fríos, la calefacción hace acto de presencia.
Pero, de la misma forma, tampoco es saludable establecerla a altas temperaturas, ya que el cambio que se puede experimentar entre estancias o con el exterior puede resultar altamente dañino.
Una de las soluciones pasa por la instalación de láminas solares. A pesar de que su propio nombre puede llevar a confusión, no solo se encargan de proteger contra los rayos del astro rey. Además de las múltiples ventajas varias veces estudiadas, estas películas autoadhesivas, aptas para ser instaladas en las ventanas de las empresas, posibilitan no solo un ahorro energético, sino que además mantienen perfectamente la temperatura gracias a su poder aislante.
De esa forma, la radiación rebota contra la lámina, impidiendo una sensación asfixiante en los empleados. A su vez, también protege contra las gélidas temperaturas invernales.